En el vértice que pincha y que esconde
en la esquina que malversa lo humano
se levanta la mano del amo
la misma mano que toca y no siente.
En una casa de adobe y de fuego
se quema la letra del libro del pueblo,
se escribe entero el ser que emerge.
El inconcluso párrafo se vuelve deseo
y en lo espeso se eleva el pensamiento
hierve de amor y se despega.
Rompe el espacio, condenado
a nacer otra vez todos los días;
parir no es nacer, pero parece,
memoria de mis pies, el alma mía.
julia del Barrio
en la esquina que malversa lo humano
se levanta la mano del amo
la misma mano que toca y no siente.
En una casa de adobe y de fuego
se quema la letra del libro del pueblo,
se escribe entero el ser que emerge.
El inconcluso párrafo se vuelve deseo
y en lo espeso se eleva el pensamiento
hierve de amor y se despega.
Rompe el espacio, condenado
a nacer otra vez todos los días;
parir no es nacer, pero parece,
memoria de mis pies, el alma mía.
julia del Barrio
Esto es una canción, Julia, como un manifiesto triste que quiere arañar el optimismo. Te felicito por esas imágenes impecables, equilibradas, poderosas. Cuando lo leo me queda un sabor mezcla de osadía y perfección. Te aplaudo.
ResponderEliminarRecién leo esté comentario. Son elogios inmerecidos pero se agradecen lo mismo. Gracias.
EliminarRecién leo esté comentario. Son elogios inmerecidos pero se agradecen lo mismo. Gracias.
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